¿Con que frecuencia nos encontramos el término “vida moderna” en nuestros días? Una realidad a la que van asociados estados de stress, rutina, falta de tiempo en nuestros días, mucho tiempo fuera de casa, mas stress y muchas otras cosas; como antidoto y contraparte, se encuentra: el rescate de lo básico, el mantener las cosas simples y disfrutar el momento.
Del otro lado del Atlántico, la diseñadora alemana Hanna Emelie Ernsting, parece entender que la versatilidad y la simpleza formal, es fundamental para hacer frente a nuestra convulsionada cotidianidad, y así lo manifiesta en su creación denominada: Moody Couch, ganador del segundo lugar del Concurso para jóvenes diseñadores D3.
La idea se desarrolla sobre la base de un sofá tradicional, esta vez con un colorido forro textil (de veinte metros cuadrados) mucho más grande que su soporte interno, y como si se tratara del kama-sutra, es capaz de acomodarse de infinitas formas a placer de quien lo usa (o disfruta) y de ahí deriva su nombre, pues el mueble se adapta a los ánimos de su usuario: bien sea como un sofá tradicional, derramándose en el suelo, conformando un nido para dormir o envolviendo a su usuario como si de una momia se tratara, o cualquier forma que pase por la mente del que lo utiliza. La versatilidad de este couch hace frente al día a día con carácter despreocupado y con un statement libre de formas rígidas.
Si nos desnudamos de paradigmas formales, de convencionalismos y aceptamos que el diseño esta íntimamente relacionado con las soluciones, estaríamos en condición de aceptar muchas de las nuevas propuestas mundiales. Es posible que estas no cambien 180º nuestra vida, pero indudablemente serian el punto de partida para llevarla un poco mas light.
Keep it marvelous (and simple),
-E
Quiero uno ASAP!!
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